"Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante.
Quizá ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo, como los brotes que laten bajo las tierras del invierno.
Algo por lo que todavía vale la pena sufrir y morir, una comunión entre hombres, aquel pacto entre derrotados. Una sola torre, sí, pero refulgente e indestructible.
En tiempos oscuros nos ayudan quienes han sabido andar en la noche. Lean las cartas que Miguel Hernández envió desde la cárcel donde finalmente encontró la muerte:
Volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra a buscarnos a través de toda la tierra.
Piensen siempre en la nobleza de estos hombres que redimen a la humanidad. A través de su muerte nos entregan el valor supremo de la vida, mostrándonos que el obstáculo no impide la historia, nos recuerdan que el hombre sólo cabe en la utopía. Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido."
E. Sábato, "Antes del Fín"
¿Quién se suma a este nuevo movimiento? Esta será la última de las revoluciones, la más flexible y idealista, la que más esperanza tiene en un mundo mejor. ¿Quién se animará a arriesgarse por sus ideas? Dar la vida por el bien de los demás, dejar algo verdaderamente válido en esta mortal transición entre la vida y la muerte.
Quién lo haga se merecerá un lugar en la historia y sobre todo, en el corazón de la gente que ayude.
Queda en vos la mayor de las decisiones, el destino del planeta esta en tus manos...
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