lunes, 28 de febrero de 2011

Qué pequeños que somos, pero que importante es nuestro existir


Observá el cielo nocturno por unos minutos.

Ese estático firmamento que nos atrae y relaja, nos dá la idea de que hay más cosas allá afuera. Apasiona ver esos puntos que brillan tan lejos de nosotros. La inmensidad del universo nos envuelve y nos confunde repetidamente al tratar de pensar en su infinito espacio.

No es que nuestras vidas no importen, pero todo sigue igual en aquel cúmulo de estrellas que brillan a millones de años luz de distancia y que es posible que no existan pero nosotros aún las vemos destellar. La grandeza del universo derrumba nuestro ávido ego, desterrando su razón y golpeando nuestro cómodo y acotado pensamiento, ese que nos emite verdades facinantes para no desconcertarnos en tratar de adivinarlas, ya que nunca las comprenderíamos.
Y es en ese momento de desesperación, abrumado por las dudas del existir, que colapsamos en la idea de abandonar el pensamiento y seguir con nuestra cotidaneidad que en un instante nos calma. Ya no queremos ver las estrellas porque nos asusta la incomprensión, la falta de respuestas y la ineficacia de nuestra mente que se rinde ante las surgientes preguntas.

¿Por qué estoy aquí? ¿Como empieza y termina todo? ¿Qué es todo? ¿Por qué la existencia?

Y caemos en la pequeñez de nuestra existencia, por más que lleguemos lejos no descubriremos todo lo que querríamos saber. ¿Pero es realmente tan insignificante el ser humano en este espacio infinito?
Pues por suerte no, porque podemos pensar, tratamos de comprender todo aquello que vemos en el exterior y todo lo que no. Podemos admirar y elogiar la majestuosidad de lo que nuestra mente primitiva no puede racionalizar.

Entonces somos en gran medida una parte importante del universo, somos los que pensamos en él. Somos una pequeñisima parte del mismo, cuya razón de existir conciste en pensar el todo y lo que va más allá.
Asique cumplí con tu tarea, tu razón y motivo de estar aquí. Tenes las herramientas en tu cabeza.

Aprovecha tu mente al máximo. PENSÁ

miércoles, 23 de febrero de 2011

Qué tan necesario es cambiar este mundo


A veces sentimos la necesidad de darle sentido a nuestras vidas, ya sea sobresaliendo o cambiando nuestro entorno para bien. Pero ¿qué nos lleva a esa necesidad que nos surge? Podría ser que es una forma de darle respuesta al sentido de nuestro existir, de dejar algo para los demás una vez que pase lo inevitable.
Buscamos mejorarnos como personas, que es nuestro primer deber, para luego pasar a un objetivo mucho más grande y ambicioso. Cambiar este mundo desviado y darle un nuevo rumbo.
Pero, ¿está el mundo realmente tan mal hoy en día? Muchas veces pienso que mis ganas de cambiar algo en realidad no es más que una manera de calmar mis ansias y relajar mi mente que pide revolución y cambio. Pero podría ser que en el afán de ver lo malo y lo que debemos mejorar, nos olvidemos de lo bueno. La mejor parte de un mundo desarrollado e ideologicamente avanzado, que en varios aspectos a mejorado con el paso de los años.
No todo esta podrido, el peor error es generalizar. La gente no es ignorante, ni inconsiente, ni irreflexiva. Muchas personas andan por ahí ejerciendo el acto de buena voluntad, y eso debe ser considerado a la hora de desarrollar un nuevo sistema.

A la hora de mejorar este planeta, la preguntas más dificiles no son:
-¿Por qué? La falta de lógica, ética y razón en una sociedad supuestamente desarrollada es signo de que no avanzamos tanto como creíamos, en una sociedad materialista, superficial e influída y hasta controlada por los medio y políticos se debe realizar un cambio de raíz.
-¿Cuándo? Lo más pronto posible, la contaminación también es causa de nuestra sociedad actual y hay que revertirla.
-¿Qué hacer? Cambiar la forma de ver las cosas, pensar en nuevas opciones, mejorar la calidad de vida, no dejar que las empresas subsionen los capitales de la gente, cambiar la visión de los medios, limpiar de corrupción  la política y sobre todo jerarquizar los valores morales por sobre toda estética, revivir lo esencial.

Lo más difícil es ¿Cómo hacerlo?
Para eso no tengo una respuesta clara y contundente, supongo que tendríamos que ser muchos para poder analizarla y responder de manera correcta.
Muchos dirán que es utópico pensar en un mundo mejor, que el sistema no se puede cambiar y que todo es como debe ser. Pero no me importa, yo seguiré con mis ideales intactos hasta el fín de los días. Eso no tiene precio.
"Diran que soy un soñador, pero hay más como yo, y algún día te nos unirás"