miércoles, 11 de mayo de 2011

La nueva revolución esta naciendo entre nosotros


¿Qué ha pasado con los soñadores, los inconformes, los revolucionarios?
Aquellos seres maravillosos dignos de admiración que, observando el mundo, se dieron cuenta de sus defectos y vicios, sean estos ocultos o evidentes. Y supieron dar diversas soluciones para mejorar la situación.
Tras sucesivos ataques y calificados, hoy más que nunca, de utopicos o surrealistas desligados del mundo, ellos siguieron adelante con sus ideas y dedicaron su vida a estas.

Cave destacar en ellos la inconformidad, la negación a los dogmas, la idea de la superación y del sistema perfectible. Tan pocas cualidades hacen de una persona un verdadero revolucionario. Ya sin pensar en dictaduras o conservadurismo post revolución, que tanto calló las bocas desde la caída del Muro de Berlín.

En la actualidad ya no se encuentran demasiadas voces que pidan cambiar. En cierto sentido porque estamos mejor, o porque los que no lo estan no tienen acceso libre a la palabra pública.

Pero yo creo que los revolucionarios siguen allí, ya no están en las fábricas o en los grupos haciendo huelgas o medidas de fuerza, ni en el gobierno, ni si quiera en la clase baja.
Se encuentran callados, encerrados entre cuatro paredes y entre sus propias y, a veces, difusas ideas. Allí estan, el nuevo grupo de jovenes de una generación que se resistió a todo estereotipo, tendencia y bajeza del sistema, formando su propia vida y construyendo un camino libre de influencias.
Ellos están ahí afuera esperando poder, algun día, elevar su grito de libertad hacia el cielo, en un acto de total entrega a sus ideales y de comprensión.
En ese momento en que se abran al mundo estas extraordinarias personas, especie en extinción, se producirá la única y verdadera revolución idealista que el tiempo moderno haya visto.

Unidos por un mundo mejor: Las utopías son futuras realidades

"Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante.
Quizá ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo, como los brotes que laten bajo las tierras del invierno.
Algo por lo que todavía vale la pena sufrir y morir, una comunión entre hombres, aquel pacto entre derrotados. Una sola torre, sí, pero refulgente e indestructible.
En tiempos oscuros nos ayudan quienes han sabido andar en la noche. Lean las cartas que Miguel Hernández envió desde la cárcel donde finalmente encontró la muerte:

Volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra a buscarnos a través de toda la tierra.

Piensen siempre en la nobleza de estos hombres que redimen a la humanidad. A través de su muerte nos entregan el valor supremo de la vida, mostrándonos que el obstáculo no impide la historia, nos recuerdan que el hombre sólo cabe en la utopía. Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido."
                                                                                                              E. Sábato, "Antes del Fín"

¿Quién se suma a este nuevo movimiento? Esta será la última de las revoluciones, la más flexible y idealista, la que más esperanza tiene en un mundo mejor. ¿Quién se animará a arriesgarse por sus ideas? Dar la vida por el bien de los demás, dejar algo verdaderamente válido en esta mortal transición entre la vida y la muerte.

Quién lo haga se merecerá un lugar en la historia y sobre todo, en el corazón de la gente que ayude.
Queda en vos la mayor de las decisiones, el destino del planeta esta en tus manos...

lunes, 2 de mayo de 2011

Buscando mi propio ser, encontrandome a mi mismo

"Uno se embarca hacia tierras lejanoas, indaga la naturaleza, ansía el conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que perseguía era Uno-Mismo." Ernesto Sabato.
Ante el universo no todos somos iguales. Están los que miran hacia atrás sin saber como avanzar, se quedan atorados en una vida sin sentido. Pero por suerte hay quien ve al futuro, construyendo su camino, para él no hay límites ni imposibilidades.
Uno debe ponerse en el lugar del otro en toda situación, la tolerancia es la base del entendimiento y de hay nace la paz. Estar de un lado o del otro nos saca la diversidad de puntos de vista. Abrir la mente significa ampliar la persepción del mundo y por ende, abandonar todo contraste.