Comienza el largo trecho de la vida en el que uno debe redescubrirse, empezarse a conocer y finalmente decidir. Mirar hacia adelante y ver que el camino se acorta y se vuelve confuso y ya no estoy seguro por donde seguir. Volver un par de pasos a veces se hace necesario para retomar un nuevo rumbo. Pero el camino es solo una metafora en la que no se adapta la realidad de nuestra vida.
Porque todo es subjetivo y no existen las certezas, aunque lo ideal es siempre seguir lo ideal, alcanzarlo no siempre es posible. Las utopías son futuras realidades, repetía Sábato tratando de alentar a los jovenes, aquellos que están aturdidos por el mundo, sus injusticias y sus contradicciones. Aquellos que aún no han sido invadidos, o han resistido los golpes de la "realidad". Quienes aún conservan sus sueños como entes ideales pero posibles.
“Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. La esperanza de contruir nuestro futuro, a pesar de los dogmas y sin caer en destinos, la reafirmó Sartre al enunciar: "en el hombre la existencia precede a la esencia", y así y todo fue tachado de pesimista. Existimos y luego definimos quienes somos y los actos particulares no revelan nuestra esencia.
Descubrí que todos los caminos conducen al mismo camino, todo lo que hacemos es para descubrir nuestro ser, porque no estamos seguros de como somos por dentro, y la superficie nos engaña aún más.
Si, cambiamos constantemente, vemos la realidad de distintas formas, buscamos mejorar y cambiamos cosas en el camino, sentimos el triunfo y sufrimos el fracaso, en fin, soñamos, caminamos, planeamos, chocamos,dudamos, retrocedemos, cambiamos, mejoramos y siempre seguimos por este camino recorriendo nuestro Ser.